Si tienes padres que se están haciendo mayores, es posible que lleguen a necesitar tu apoyo económico para el pago de facturas y hasta para decidir en materia de vivienda.

Datos breves de interés
Cuando se trata de un promedio ahorrado para el retiro, los estadounidenses entre las edades de 65 a 74 años alcanzan unos $609,000.
Puede ser que algún ser querido que se hace mayor ha ahorrado menos de lo planeado y necesita algo (o mucho) de ayuda económica. ¿Podrías ayudar y de todas formas avanzar hacia tus propias metas de ahorro? Sí, pero se requiere conversar, equilibrar y planificar. Puedes empezar con lo siguiente:
Tal vez, estés planificando el retiro de tus padres proactivamente. O, tal vez, se ha presentado algo que despierta preocupación, como:
- cuentas sin pagar
- pilas de correo postal sin abrir
- cambios en hábitos financieros (por ej.: solían pagar por alguna comida o enviar un cheque como obsequio de cumpleaños y, ahora, no lo hacen)
- cambios en hábitos de salud como pérdida de peso, una alacena vacía o alimentos descompuestos en el refrigerador
- la mención de donaciones ajenas a lo acostumbrado.
Es importante detectar la diferencia entre necesidad económica parental y un problema que se puede solventar, pero que ha llevado a un desbarajuste financiero. Por ejemplo, tal vez tus padres estén gastando mucho en comidas preparadas para llevar porque cocinar sus propios alimentos les resulta abrumador. Tal vez, sus gastos por medicamentos recetados han aumentado y desconocen las opciones de los medicamentos genéricos. Quizás, la casa está en desorden porque simplemente les resulta muy grande como para poder mantenerla en orden.
“Si te das cuenta de que tus padres están teniendo dificultades con algo, ello pudiera tener causas distintas”, indica Heather Winston, directora de estrategia de productos en Principal®.
No llegarás a comprender verdaderamente el alcance de las necesidades financieras de tus padres ya mayores a menos que conversen sobre el tema. No obstante, incurrir en el terreno financiero de tus padres que envejecen puede ser agobiante. “A nadie le gusta tener esas conversaciones difíciles”, señala Winston.
En esencia, se revierten los roles: supervisar, evaluar y sugerir al igual que lo hacían ellos cuando tú eras joven. “Es hablar de temas que te hacen sentir vergüenza y que pueden ser desafiantes, preocupantes, y, con frecuencia, tristes,” afirma Winston. “Esas conversaciones pueden ayudarte a comprender la situación en la que se encuentran tus padres, lo que quieren y lo que podría necesitarse hacer en el futuro”.
Winston sugiere que te enfoques en los hechos y no en emitir juicios de valor. Comienza preguntándole a tus padres lo siguiente:
- ¿Tienen suficientes ingresos en el retiro para pagar sus gastos mensuales?
- ¿Tienen seguro médico que les proporcione la atención adecuada?
- ¿Cuentan con fondos adicionales como para atender cualquier tarea u obligación doméstica que ya no puedan gestionar?
Si la respuesta es “no” para cualquiera de estas preguntas, cuentas con un marco de referencia que te permite comenzar a buscar soluciones posibles.
Cualquier persona puede tener que enfrentarse a desafíos económicos por todo tipo de razones. La ayuda financiera que tus padres puedan necesitar probablemente cae en algún rango particular. Verlo de esta manera también puede ayudarte a minimizar en algo tu estrés financiero.
Luego, está la vivienda, la conversación más seria de todas. Muchas personas que enfrentan el reto de envejecer quieren conservar sus casas, pero los desafíos financieros pueden hacer esto más difícil todavía. Hay opciones para cuidados a largo plazo, cada una con implicaciones financieras distintas, como:
- Envejecer en casa. Permanecer en la misma casa con modificaciones y asistencia según se necesite para aspectos de movilidad o seguridad.
- Vivir con un pariente. Pudieran necesitarse adaptaciones y cuidados de enfermería.
- Comunidades de cuidados continuos. Incluye un rango de residencias independientes, asistidas, con personal capacitado y servicios de comidas o actividades sociales.
- Comunidad asistida. Una opción que otorga algo de independencia, pero mayor asistencia que con la opción de cuidados continuos.
- Cuidados de enfermería. Cuidado residencial las 24 horas del día, los siete días de la semana, para quienes no pueden cuidarse solos.
“Muchas personas suponen que alguien llegará y les ayudará sin entender los costos que van asociados a estos servicios”, nos dice Winston. “Admitir lo desconocido es difícil, pero lo mejor que puedes hacer es considerar la historia familiar, su estado de salud actual, sus medios financieros y, luego, planificar tanto como se pueda”.
El envejecer se presenta de manera diferente —física y mentalmente— para cada persona. Con frecuencia, en los adultos mayores las necesidades pueden cambiar rápidamente. Winston aconseja una revisión al menos semestral con cualquier plan. “Lo que funciona al principio puede dejar de funcionar en un futuro”, señala. “A veces, puede darse un cambio dramático en cuestión de semanas”.
Si eliges ayudar a tus padres económicamente con lo básico, como comidas y limpieza, ello pudiera no afectar tu presupuesto significativamente. Sin embargo, a veces las necesidades financieras de unos padres que se hacen mayores son serias, como sería el aspecto de la vivienda. Si no cuentan con los recursos adecuados, significa algo más que un gasto presupuestario; también implica tu tiempo y energía. Si necesitas colaborar, tendrás que abrir un espacio no solo en tu presupuesto, también en tu propia planificación. Cubrir el gasto de sus cuidados puede significar equilibrar tus propios ingresos y gastos, incluido el ahorrar para tu propio retiro inminente. Un profesional financiero puede ayudarte a evaluar en qué momento te encuentras y cómo continuar construyendo en función de tus propias metas.
“Desearás haber comenzado más temprano con algunas cosas, pero haz lo que puedas”, dice Winston. “Es un golpe para la autonomía de tus padres reconocer que tienen dificultades. Lo mejor que puedes hacer es sensibilizarte y comprender”.
Haz seguimiento del progreso hacia tus propias metas de ahorro con una Clasificación de bienestar de retiro personalizada (debes iniciar sesión en tu cuenta de Principal). O, si no tienes una cuenta con Principal, visita el Planificador de bienestar de retiro (En inglés) público.